Despedida en la Inmaculada Concepción.

El pasado 18 de octubre comunicaba al Hermano Mayor de la Hermandad de la Purísima Concepción mi decisión de abandonar mi cargo de vestidor de la Santísima Virgen por motivos varios. Esta decisión era tomada tras ser meditada durante tiempo, ya que era una labor en la que he puesto en estos años un especial tesón por las peculiaridades tanto de la imagen en si como de la propia Hermandad ya que entre sus miembros de junta se encuentran un buen número de amigos con los que he compartido estupendos momentos. 

Ha sido hoy, casi un mes después, cuando la Hermandad ha hecho publica mi marcha y es por eso que también hoy lo hago público aquí y no antes, entendiendo que era en primer lugar la Hermandad la que debía comunicarlo.

Por razones de diversa índole, he entendido que era momento de no continuar mi labor concluyendo un ciclo  en el que he desarrollado mi trabajo de la mejor forma que sé, y con unas vivencias que enriquecen ya mi vida cofrade y personal.

En el deseo de haber servido a la Hermandad durante este tiempo, espero que en los años venideros sepan seguir trabajando con las ganas, dedicación y ese espíritu especial que me llevaron a aceptar su invitación para trabajar con ellos en un bonito proyecto.



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